El Rickshaw Run en breve

15 días, 3747 km, 1 rickshaw. Carreteras que desaparecen por momentos, tráfico de infarto, vacas en el camino, curvas y baches, autobuses locos, montañas impresionantes, camiones accidentados, puree y chai en el desayuno, averías en el rickshaw, gente amable, gente curiosa, fotos, fotos, fotos, de tiendas para “pimpear” el rickshaw, partidos de cricket, “té especial”, artículos en la prensa, llegada a la meta, fiesta. Esto es un breve resumen de lo que ha sido el Rickshaw Run.

Pensaba que podría escribir día a día durante el transcurso del viaje. Me equivocaba. Buscar un ciber café donde además funcionase la conexión, hubiera significado perder mucho tiempo. Ahora toca rememorar lo que ya es pasado y escribir un diario del Rickshaw Run con montones de fotos, lo prometo.

De momento, para ir haciendo boca, Andy y yo nos pusimos las pilas ayer para crear un mapa con la ruta que seguimos. Cada color es un día diferente y haciendo click sobre cada tramo se pueden ver las ciudades de partida y de llegada.

Mapa de nuestra ruta

kilometraje en la meta

Por fin noticias

Disculpas por no escribir antes. Tal como se está desarrollando el Rickshaw Run es prácticamente imposible. Pasamos el día en la carretera, comiendo o durmiendo. Tampoco es fácil encontrar conexión a Internet y si la encontramos, generalmente es pésima. Aprovechando que nuestro rickshaw está pasando la revisión que le toca a los 2000 km., aunque ya llevamos 2500, en Bajaj (la empresa que fabrica estos cacharros), Andy y yo hemos ido en busca de un Internet Café. No ha sido fácil encontrarlo…

Estamos ya en el décimo día de nuestra aventura. No puedo relatar con detalle las experiencias de estos días, aunque me gustaría porque hay mucho que contar. Intentaré resumir en breves titulares lo acontecido hasta ahora y sobre todo elegiré algunas fotos que sustituyan las palabras que no tengo tiempo de escribir. No va a ser ahora porque la conexión es lentísima pero mientras tanto podéis echar un vistazo a las fotos que ya hay en la página oficial del Rickshaw Run 2006.

En estos momentos nos encontramos en una ciudad llamada Bhawanipatna, donde llegamos anoche después de un día entero de carreteras en mal estado, curvas, paisajes impresionantes, pueblos encantadores, gente amable… Sin duda mucho más divertido que las autopistas de hace dos días. Dentro de unos minutos vamos al taller de Bajaj para recoger nuestro rickshaw, que espero haya quedado como nuevo. El pobre tenía algunos problemas con los frenos y después de la paliza que le hemos dado en las montañas, se merecía unos mimos. Luego nos dirigiremos a un parque natural, hacia el este. Pensamos que llegaremos mañana. Espero escribir antes, si no, está la página oficial del Rickshaw Run, de nuevo, donde podemos dejar mensajes de texto con las últimas noticias.

Rickshaws y rickshaw wallahs.

Hacía tiempo que quería escribir una entrada sobre esto.

En la página de este blog dedicada al rickshaw, ya expliqué un poco lo que es este cacharro. Ahora que los he visto y sufrido sobre el terreno, puedo decir algo más.

Para empezar, resulta que los colores cambian dependiendo del estado. En Delhi, todos eran amarillos y verdes, mientras que en Agra, además de estos colores, también se llevaba mucho el marrón-negro-amarillo. Lo que me gustó de los de Agra es que la mayoría estaban muy cuidados y adornados. Con asientos de colores chillones y brillantes, algún motivo en los respaldos, normalmente una o dos flores o corazones, tiras de papeles de colores (como los que sirven para adornar una sala de fiestas) o de flores, colgando de los espejos. Mucha imaginación, vaya. Aunque no vimos ninguno con una zanahoria colgando en el frente, ni duchas, ni sistemas de propulsión de oxígeno.

Otra curiosidad son las frases que escriben en la parte trasera o los laterales: ‘horn please’ (claxon, por favor), ‘welcome’ (bienvenido) o ‘keep the distance’ (mantén la distancia). A lo primero todos hacen caso, a lo tercero no.

También en Agra, vimos uno de los rickshaws escolares que mencionaba en la página pero, al contrario de lo que digo en ella, este era de tamaño normal. Cuántos niños hay metidos dentro y cómo pudieron meterse, es para mi un misterio. Que cada uno haga su apuesta a juzgar por la foto (sé que Andy tiene la misma foto, pero es que se me ha adelantado).

En Jaipur y Cochin parece que la moda impone el marrón-amarillo-negro. Lo que no cambia en ningún lugar es la persistencia de los rickshaw wallahs, que ya he comentado muchas veces en mi blog.

Hubo uno en Agra, este de pedales, que después de decirle que queríamos andar hasta el hostal, en vez de dar la vuelta y marcharse, siguió pedaleando a nuestro lado durante una media hora. La imagen era curiosa: dos extranjeros, un rickshaw wallah en su triciclo y dos niños andando detrás de nosotros, que se unieron en el camino, sin hablar. Extraño grupo.
Al final, como nos equivocamos de calle y no encontrábamos el hostal, le preguntamos y, ya cansados, accedimos a subir a su triciclo. Así que su paciencia tuvo recompensa.

Todos los rickshaw wallahs utilizan las mismas frases para atrapar clientes. La primera vez que uno dijo que su rickshaw era el ‘indian helicopter’ (el helicóptero indio), nos hizo gracia. Al tercero ya era evidente que era un eslógan publicitario muy trillado.

Para comenzar una conversación y ganar tu confianza, te preguntan de dónde eres. A dónde vas después o qué lugares has visitado, para ganar un cliente para el resto del día. Cuánto tiempo vas a permanecer en la ciudad, para asegurarse un cliente durante unos cuantos días y ofrecerte “tours” y, lo peor, llevarte a tiendas caras donde les dan comisión solo por llevar turistas, más alta cuanto más gastan los ingenuos. Hay que evitar que te atrapen porque tienen una habilidad especial para liarte.

El último curry en Madrid

Las últimas semanas en Madrid y Valencia fueron una locura. Me quedó en el tintero escribir una entrada sobre la cena de despedida en el Taj Mahal, el restaurante indio en lavapiés. Aunque es un poco tarde, no quiero dejar pasar la ocasión de dar las gracias a todos los que estuvieron.

Gracias por las donaciones y por la creatividad desplegada en el concurso “pimp your rickshaw”. Nos sorprendimos de la buena acogida que tuvo la idea cuando vimos a todos pintando sus rickshaws, tan aplicados, armados con rotuladores de colores como niños en el cole. ¡Ah! y enhorabuena a los ganadores: Raúl y Ana en segundo lugar y Philippe en primero. Fue una noche muy divertida.

Gracias…

… a todos los que habéis dejado vuestros mensajes de apoyo en el libro de invitados y gracias también a los que habéis hecho vuestra donación.

Alberto y David, Spanish Bullfighters, sabía que sois generosos pero tendríais que haber visto la cara que se me quedó al ver vuestra donación después de que Andy me enviase un mail titulado “f’ing hell!!!!” (no voy a traducir esto, ya os imagináis). Muchísimas gracias y un beso muy grande para los dos.

El rickshawrun en español

Bueno, creo que va siendo hora de que la mitad española del equipo se manifieste en este blog… ¡Ah! ¡esa soy yo!

Tan solo queda un mes para que Andy y yo volemos a Nueva Delhi, aunque el rickshawrun no hará su salida hasta el 27 de diciembre… ¿el rick quéeee? ¡Ay perdón, voy a hacer una breve introducción para los que aún no lo sabeis, tal como lo ha hecho Andy en la versión inglesa.

Esto del rickshawrun es algo muy absurdo que no se ha hecho nunca antes. Es tan absurdo como lo son el resto de las aventuras que se gestan en la mente del creador de la League of Adventurists (La Liga de Aventureros). Primero fue el Mongol Rally, cuya tercera edición tuvo lugar el pasado agosto. El reto consistía en conducir un coche de menos de 1000cc de Londres a Mongolia y el objetivo recaudar dinero para diferentes obras benéficas. El rickshawrun cambia el coche tartana por un triciclo motorizado (el rickshaw) y la cantidad de países que hay que cruzar en el Mongol Rally (unos trece) por uno solo: India. Sin embargo, el fin sigue siendo el mismo; la recaudación de fondos para proyectos benéficos.

Así pues, Andy y yo formamos uno de los 10 equipos registrados (de momento) dispuestos a cruzar el subcontinente de sur a norte, de Cochin en la costa sureste, hasta Darjeeling a los pies del Himalaya… ¡y esto en dos semanas!

Esperamos que nos sigais en esta aventura a través de este blog y contamos con vuestro apoyo, no sólo en aportaciones para caridad, también apoyo moral, para lo que hemos creado un libro de invitados donde nos podeis dejar mensajes a lo largo del viaje. Y os damos las gracias de antemano.